El ritmo de digestión y absorción de las proteínas es un factor a tener muy en cuenta para conseguir efectos concretos, ya que conociendo su ritmo de digestión y absorción es posible programar su ingesta para momentos determinados.
La caseína o caseinato es otro tipo de proteína láctea que contiene todos los aminoácidos esenciales y por tanto es de alto valor biológico, pero a diferencia de la proteína del suero, que se digiere con bastante celeridad, la caseína y el caseinato tienen un proceso digestivo que puede llevar hasta siete horas en completar su digestión.
Este es el tipo de proteína que se emplea para fabricar el requesón, que es un alimento de alto valor proteínico y que se asienta en el estómago para una digestión muy prolongada. De igual forma, cuando ingerimos proteína de caseína ésta forma un coágulo en el estómago desde dónde poco a poco se va digiriendo y convirtiendo en aminoácidos que van llegando gradualmente a la circulación para su distribución, en especial a las células musculares.
Entre otras cosas, eso permite dos aplicaciones para este tipo de proteína. Por un lado, es la proteína idónea para épocas de dieta, puesto que tomada entre comidas proporciona un efecto saciante, ya que mientras se produce su largo efecto digestivo la persona se siente saciada y sin hambre, lo cual ayuda a mantener una dieta restrictiva en calorías.
El otro uso específico para la proteína de absorción lenta es tomarla justo antes de acostarse, ya que eso garantiza que los músculos vayan recibiendo aminoácidos durante toda la noche y convierta así el sueño en un periodo altamente anabólico.
Sabemos que durante el sueño el cuerpo se recupera del desgaste diario y se fomenta el crecimiento, siempre y cuando cuente con los materiales necesarios (proteínas y aminoácidos), porque de no ser así esa fase se puede tornar catabólica. Un batido de proteína lenta antes de ir a dormir garantiza que durante la noche se produzca la recuperación plena y se materialice el crecimiento muscular.