BEBE POCO LIQUIDO DURANTE LA COMIDA.

Beber es un hábito saludable, pero lo que no debe hacerse es beber en exceso líquidos durante las ingestas de alimentos, ya que en estos casos podrían empeorar enfermedades digestivas, como son el reflujo o la gastritis.

Las glándulas situadas en el revestimiento del estómago producen ácidos estomacales y enzimas que descomponen químicamente los alimentos. Los músculos del estómago mezclan la comida con estos jugos digestivos. Como todos sabemos, el entorno del estómago durante la digestión es uno ácido, puesto que se precisan los jugos gástricos para descomponer los alimentos en sus moléculas más pequeñas. Y el principal actor es el ácido hidroclórico. El papel del HCl en el estómago, junto con los otros jugos gástricos, es descomponer los alimentos y causar la liberación de enzimas que favorecen la digestión. El ácido hidroclórico también protege al organismo ya que destruye patógenos que se encuentran comúnmente en los alimentos.

La ingesta de agua o cualquier otro líquido "disuelve" los jugos digestivos y dificulta el contacto de los alimentos con el jugo intestinal, porque diluye la concentración de la acidez, perjudicando la digestión. Como resultado, hay una mala digestión que hace que aumente mucho la producción ácidos y de gases.

Si bebes un vaso durante la comida, el mal será muy poco, pero procura no beber en exceso. Si estás muy acostumbrado a beber, ponte una ensalada y ves picando durante la comida, porque eso te refrescará y eliminará la sensación de sed.