LA GRASA NO SIEMPRE ENGORDA

Estoy totalmente a favor de comer proteínas más magras (es decir, aves, pescado, claras de huevo y proteína en polvo). Es la mejor manera de mantener bajas las calorías totales de la dieta. Cuando la grasa es baja, también puedes comer cantidades moderadas de carbohidratos, como avena, arroz integral, boniatos y patatas. Pero no olvides que sólo necesitas lo suficiente para energizar tus entrenamientos, y eso es todo. Si te pasas con las necesidades de carbohidratos, sencillamente te pondrás gordo, porque los sobrantes siempre se almacenan como tejido adiposo.

Con la grasa, la gente piensa que toda la grasa provocará un aumento de la adiposidad corporal o una desaceleración en la pérdida de tejido adiposo. No es verdad.

La grasa de la carne roja y los huevos ayuda a producir el colesterol que el cuerpo necesita para fabricar hormonas, incluida la testosterona, que favorece el metabolismo y el crecimiento del músculo. Las grasas omega-3 presentes en algunos pescados pueden ayudarte a adelgazar siempre que las calorías sean ligeramente inferiores a las que el cuerpo gasta.

Con las grasas, es como los carbohidratos: el enfoque de “NO” absoluto es extremo y probablemente resulte contraproducente a largo plazo.

De hecho, se ha demostrado de forma fehaciente que engorda mucho más el azúcar o los hidratos de carbono, que la grasa. En resumen, está absolutamente demostrado que la grasa per se no engorda, siempre y cuando el total de calorías de la dieta no sea excesivo y la presencia de carbohidratos sea moderada.