DORMIR, SALUD Y BELLEZA

EL SUEÑO COMO SEGURO DE SALUD Y DE BELLEZA

La falta de sueño ha llegado a cotas récord.

El día de una persona solía repartirse entre ocho horas de trabajo, ocho de sueño y ocho para el resto de actividades, pero las exigencias cada vez mayores de las profesiones, la familia y el mayor tiempo dedicado al ocio, sea ver la tele o sumergirse en las redes sociales, están arrinconando el sueño. Las investigaciones demuestran que muchas personas necesitan entre siete y nueve horas de sueño todas las noches y, aunque algunos pueden sobrevivir con menos, no se debería bajar de siete horas de sueño porque el nivel hormonal puede decaer. Por ejemplo, la hormona del crecimiento aumenta en la mitad de la noche, pero su secreción no se produce o se ve interrumpida si el sueño no es seguido y suficiente.

Esta hormona desempeña muchas funciones en el organismo y además de activar el sistema inmune, que nos hace fuertes ante las enfermedades, también promueve la eliminación de la grasa subcutánea y favorece la creación de tejido magro (músculo), mejora el metabolismo de la glucosa, promueve la reparación de tejidos y favorece la regeneración de las células.

No en vano se le llama ‘la hormona de la juventud’ y se receta bajo prescripción médica en algunas clínicas de rejuvenecimiento de Estados Unidos.

En otras las curas de rejuvenecimiento consisten en ‘curas de sueño’, puesto que el 90% de esta hormona se secreta de forma natural durante el sueño profundo.

Por consiguiente, procurad dormir ocho horas cada noche y vuestra salud y aspecto físico mejorarán sustancialmente.

Además, las personas que normalmente duermen por debajo de siete horas tienden a acumular más grasa.