DIETA EQUILIBRADA, ALIMENTACIÓN SALUDABLE

DIETA EQUILIBRADA, ALIMENTACIÓN SALUDABLE

CONSEJOS PARA UNA DIETA SALUDABLE

 

Lo creáis o no el aspecto más complicado para la mayoría de los que se embarca en un programa de acondicionamiento físico es el asunto de la alimentación.

No sé por qué clase de sortilegio han de complicar tanto el tema de la dieta cuando en esto, como en otras cosas, cuanto más simple, mejor.

 

Tanto si formáis parte de algún equipo deportivo, como si sois de los que os entrenáis regularmente en un gimnasio, como si sencillamente practicáis actividad física en vuestra casa para mejorar vuestra forma física, en cualquier caso la alimentación constituye el principal pilar sobre el que se asienta la base de los progresos físicos y deportivos que podáis conseguir realizar, así como si el objetivo es para perder peso como para ganar masa. Puede que no sepáis que los grandes entrenadores, los mejores preparadores y sobre todo los especialistas en la salud, conceden incluso más importancia a la dieta que al propio programa de entrenamiento. No se trata de ninguna exageración, sino simplemente de la constatación pura de un hecho fisiológico y científicamente demostrado. 

El aspecto físico que presentemos variará en consecuencia con la forma de alimentarnos, pero la relación es tan estrecha entre lo que comemos y nuestro cuerpo, que no podría definirse mejor que con el viejo eslogan de somos lo que comemos.

Esa importancia es fácil de comprender si recordamos que cada una de las sustancias químicas que necesita y emplea el organismo para mantenerse vivo y regenerar todas y cada una de sus células se obtiene de los alimentos que ingerimos. Por consiguiente, en un aspecto puramente químico es muy cierto que somos lo que comemos, puesto que tras la transformación de la digestión y la metabolización, parte de los alimentos consumidos acabarán formando parte de nosotros mismos, integrados en cabello, piel, huesos, músculos, órganos, fluidos y hormonas.

Así que es bien cierto que lo que atraviesa nuestra boca es tan importante como que de hecho constituye la materia prima de la que acabamos formados, pero estética y energéticamente la importancia no es menor, porque incluso los estados de ánimo fluctúan de manera muy directa en función de los alimentos ingeridos.

El funcionamiento del cerebro depende de la glucosa, de la misma forma que los músculos necesitan el combustible necesario para rendir de forma óptima, de manera que si el cuerpo no dispone del material necesario, no os extrañéis si os sentís apáticos y faltos de energía. Las subidas y caídas de glucosa en sangre no sólo afectan a la capacidad física de realizar esfuerzos, sino también a la de pensar, así como a los estados de humor.

No es más que química pura.

Por otro lado, los alimentos proporcionan calorías, que es como se mide la capacidad que obtiene el cuerpo para producir calor corporal en función de los diversos substratos que deriva de éstos. El cuerpo necesita una cierta cantidad de calorías para mantenerse vivo y en funcionamiento, a las que hay que añadir un gasto adicional en función de las actividades físicas que se realicen.

Cuando coméis más calorías de las que el cuerpo gasta, el exceso se acumula como reserva en forma de tejido adiposo y entonces engordamos. Para deshacerse de ese exceso de grasa hay que mantenerse durante un tiempo en un balance negativo de ingestión calórica (déficit), es decir al revés de la situación anterior, ingerir menos calorías de las que gastamos cada día.

Para lograr ese objetivo hay que reducir durante un tiempo la ingestión de alimento para menguar el consumo calórico, o bien elevar el gasto, es decir gastar más y para ello contamos con el ejercicio físico que además de beneficiar la salud, consume una gran cantidad de calorías y acelera el metabolismo.

En definitiva, que como acabamos de ver la forma de alimentarnos tiene una importancia capital en nuestros niveles de energía y por tanto rendimiento físico, además de en el aspecto externo, la composición corporal y en resumen de ser como somos.

Ahora, una vez visto esto, si vuestro organismo está constantemente regenerándose, como es el caso, y si todas las sustancias que el cuerpo emplea han de proceder de las que obtiene con los alimentos, ¿no creéis que si consumís los de baja calidad no funcionaréis tan bien, ni tendréis tan buen aspecto como si os alimentáis con los de mejor calidad?

Muy bien, llegados a este punto me gustaría poner de relieve el hecho de que para una mayoría de los que se entrenan con asiduidad (en especial las mujeres), tanto acudiendo a un gimnasio, como en su hogar o en cualquier otro lugar, el aspecto que más agobia es el de la alimentación.

He oído miles de veces: No me importa hacer mucho ejercicio, pero lo que me mata es la dieta.

El problema es que si lleváis una alimentación equivocada o desordenada poco importa lo mucho que os esforcéis haciendo ejercicio, los resultados serán en el mejor de los casos mediocres, cuando no inexistentes por completo. La clave es una dieta equilibrada.

Miradlo de este modo, si os esforzáis y quemáis en una sesión 500 calorías, pero luego consumís ese mismo total o más, entonces en términos de pérdida de peso no habréis avanzado nada. Y si aspiráis a mantener el mejor rendimiento físico, fracasaréis si os nutrís con alimentos de baja calidad.

El problema surge cuando pensáis que para llevar una buena dieta tenéis que pasar hambre o comer de forma insípida y aburrida, algo que no es cierto ni mucho menos.  

Podéis estar convencidos/as que vuestra forma de alimentaros es más determinante para alcanzar vuestros objetivos físicos que todo el ejercicio que seáis capaces de hacer, de manera que cualquier esfuerzo en este sentido será muy positivo.

Antes de seguir adelante dejadme subrayar que una alimentación equilibrada es una dieta saludable y que ésta no sólo os permitirá tener mejor aspecto y mantener un físico esbelto más fácilmente, sino, y esto es lo más importante, obtendréis una mejor salud general.

A pesar de las limitaciones obvias de espacio de este medio, quiero aprovechar para por lo menos dejar constancia de qué alimentos debéis evitar a toda costa, de los que sí han de formar parte de vuestra dieta, así como para proporcionaros algunas ideas de qué tipo de alimentación podéis llevar.

Como es obvio no se puede hacer una dieta personal ante las grandes diferencias individuales que existen, pero sí que con estos patrones podéis llegar a elaborar una adaptada a vuestras propias necesidades.

Y sobre todo, recordad que una dieta equilibrada y saludable… cuanto más simple mejor.

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Creado el 05/09/2018 Nutrición saludable

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